Un viaje de mil kilómetros se inicia con un paso.

(Proverbio chino)

domingo, 10 de julio de 2011

¿QUÉ TIPO DE FORMA DE PENSAMIENTO FAVORECEMOS EN LA ESCOLARIDAD TRADICIONAL?

Edward de Bono* nos dice que el Pensamiento Lateral se asemeja a la marcha atrás de un auto. No la podemos utilizar todo el tiempo, pero es imprescindible cuando nos encontramos en una calle sin salida. Sin embargo, aunque buscar soluciones alternativas, cuando la solución habitual no funciona es una obviedad, no siempre lo podemos hacer. A. Einstein y de Mark Twain lo expresaron de este modo:

¿Por qué nos cuesta tanto buscar soluciones distintas a las habituales?
Sabemos que cada modelo mental adquirido está “grabado” en nuestro cerebro a través de una red neuronal. También sabemos que cuánto más hayamos repetido este modelo, más consolidado está estará esta red. Muchas veces es tan fuerte que forma parte de nuestro comportamiento automático y no nos podemos “dar cuenta” que nos comportamos inconscientemente según su dictamen. Nos ocurre, lo que se conoce como el “síndrome de la rana hervida”.
Otras veces, logramos darnos cuenta de nuestros modelos mentales limitantes (y el Neuroaprendizaje es un camino para lograrlo) pero aún así no queremos o no podemos cambiar. Esta incapacidad  se debe a nuestro impulso ancestral de resistencia al cambio (recordemos que, para nuestros cerebros primitivos cambio significa “peligro”)  y por eso hacemos alarde del “más vale malo conocido que bueno por conocer”, valiéndonos de la “interpretación/justificación” de nuestro lóbulo prefrontal izquierdo.

Nosotros, líderes, tenemos la responsabilidad de desarrollar nuestro pensamiento lateral, no sólo para responder a los desafíos que lo requieran sino también para funcionar como catalizador de cambios. Es muy difícil, lograr el cambio en los otros con sólo pedírselos, aunque el pedido vaya acompañado de explicaciones muy convincentes. Es mucho más fácil influenciar al otro a lograr un cambio cuando nosotros hacemos algo. De ese modo, el proceso de transformación será consecuencia de este cambio en nosotros. Ilustraré este concepto mediante un relato que si bien es muy popular, es un muy buen ejemplo de cómo lograr cambios en las personas que capacitamos :
Una señora ciega que había perdido toda su familia y bienes, no tuvo otra forma de subsistir que la de pedir limosna en la calle. Es así como se acomodó en el escalón de una iglesia y le pidió a una de las personas del barrio que le escribiera un mensaje para poder atraer la atención de los que por allí pasaban. Así quedó su mensaje:
Pasaban los días y eran muy pocas las personas que se apiadaban de ella y le dejaban algo de dinero o comida.
Un buen día, se le acercó un señor con una voz un tanto familiar y le dijo:
-       “Estimada señora, ¿me permitiría cambiar su cartel? Éste no luce muy bien y puede ser la causa por la cual usted pasa desapercibida por mucha gente.” Aunque no muy convencida de que esta pudiera ser la razón, la señora accedió a su pedido.
Para su sorpresa, a partir de ese momento,  comenzaron a acercársele muchas más personas, las cuales no sólo la ayudaban económicamente sino que también se  mostraban interesadas por su persona y le preguntaban cómo estaba y si necesitaba algo más.
Unos días después, la señora reconoció  los pasos de este buen señor que había cambiado su cartel. Ella lo llamó y le preguntó que había cambiado en el cartel para haber logrado semejante cambio de actitud en la gente. El señor, con una voz calma y serena, le respondió que él no había escrito nada que no fuera tan real como lo que se mencionaba en el cartel anterior y le leyó las palabras que el nuevo cartel mostraba:
Aquí vemos cómo este señor actúa como “catalizador de cambio”, buscó una solución alternativa que produjo un cambio en los demás. Ésta es una de las capacidades principales que un líder debe tener, por eso es tan importante desarrollar nuestro pensamiento lateral/divergente.


Una de las principales características del pensamiento divergente es que es holístico. Esto hace posible que podamos tener un panorama más global, lo que nos llevará a poder crear un “mapa” más preciso del “territorio” pudiendo acceder a distintas percepciones e interpretaciones y buscando distintas soluciones.
Para ilustrar la importancia de tener una visión integradora, no fragmentada, te ofrezco el siguiente cuento:
Los 7 ratones ciegos
Había una vez siete ratones ciegos. Un día se encontraron con un Algo Muy Raro.
Ratón Rojo: ¿Qué es eso?
Ratón Amarillo: Es un Algo Muy Raro
Ratón Morado: Tengo miedo.
Ratón Azul: Vamos a la casa.
Ratón Blanco: Sí vámonos!
 El primer día fue el lunes. El Ratón Rojo fue a investigar.
Ratón Rojo: Hm-m-m-m-m. Es muy firme. Es un pilar. El Algo Muy Raro es un pilar.
Los otros ratones: Un pilar?
Ratón Rojo: Sí es un pilar porque es muy firme!
                                       El segundo día fue el martes. El Ratón Verde fue a investigar.
Ratón verde: Hm-m-m-m-m. Es muy flexible. Es una serpiente. El Algo Muy Raro es una serpiente.
                                              Los otros ratones: Una serpiente?
                               Ratón verde: Sí es una serpiente porque es muy flexible
                                       El tercer día fue el miércoles. El Ratón Amarillo fue a investigar.
Ratón Amarillo: Hm-m-m-m-m. Es muy afilado. Es una lanza.  El Algo Muy Raro es una lanza.
                                                    Los otros ratones: ¿Una lanza?
                                      Ratón Amarillo: Sí es una lanza porque es muy afilada!
                                 El cuarto día fue el jueves. El Ratón Morado fue a investigar.
Ratón Morado: Hm-m-m-m-m. Es muy alto . Es un acantilado.  El Algo Muy Raro es un acantilado.
                                                    Los otros ratones: ¿Un acantilado?
                                     Ratón Morado: Sí es un acantilado porque es muy alto
                                  El quinto día fue el viernes. El Ratón Naranja fue a investigar.
Ratón Naranja: Hm-m-m-m-m. Es muy fresco. Es un abanico. El Algo Muy Raro es un abanico.
                                                    Los otros ratones: ¿Un abanico?
                                     Ratón Naranja: Sí es un abanico porque es muy fresco!
                                   El sexto día fue el sábado. El Ratón Azul fue a investigar.
Ratón Azul: Hm-m-m-m-m. Es muy largo. Es una cuerda. . El Algo Muy Raro es una cuerda.
                                                   Los otros ratones: ¿Una cuerda?                           
                                      Ratón Azul: Sí es una cuerda porque es muy larga
El séptimo día fue el domingo. El Ratón Blanco fue a investigar. Recorrió de arriba abajo, de punta a cabo, y dijo:
Ratón Blanco: El Algo Muy Raro es firme como un pilar, flexible como una serpiente, filoso como una lanza, alto como un acantilado, fresco como un abanico, largo como una cuerda, pero todo junto el Algo Muy Raro es. . .                                                              

 Moraleja Ratoneja:  Si sólo conoces por partes, dirás siempre tonterías, pero si puedes ver el todo,hablarás con sabiduría.
Así es como habían confundido la cola con la cuerda, los colmillos con la lanza, las orejas con el abanico, la pata con el pilar, la trompa con la serpiente y el cuerpo con el acantilado, hasta que el sabio y holístico ratón blanco descubrió lo que era en realidad.
¿Cuántas veces en “nuestra ceguera”, vemos solamente un fragmento y con ello ya interpretamos, evaluamos y resolvemos?  En principio, así actúa nuestra amígdala, ya que cuando recibe la información inicial del tálamo después de sólo 125 milisegundos y manda las órdenes a  nuestro cuerpo para reaccionar, lo hace sólo con un 5 % de la información total. Queda en nosotros el dejar a nuestros lóbulos prefrontales (que son los que reciben la información completa) decidir si vetan o aprueban la evaluación amigdalina inicial. Claro está que, como lo venimos mencionando, esto no ocurre en más del 90% de los casos y requiere un gran esfuerzo de nuestra parte revertir la solución. Sin embargo, sabemos que esto es posible y que, en definitiva,  es lo que nos permitirá crecer.
Por otro lado,  en este punto, también sería bueno reflexionar sobre lo que ocurre en la escolaridad formal. Nosotros mismos, en general, ofrecemos una educación fragmentada, parcial, no articulada. Sé que no es fácil el cambio ya que mucho no depende de nosotros pero, estoy convencida que mucho también depende de nosotros y creo que, profundizando en el tema del Neuroaprendizaje estamos dando un paso muy importante.

Nse. Prof. Rosana Fernández Coto
Asociación de Neuroaprendizaje Cognitivo
Directora